Fue en Hilo donde descubrí que me estaba enamorando perdidamente de Hawái… Al día siguiente, nuestra experiencia con los volcanes y los ríos de lava fue reveladora…
Big Island, Hawái por carretera en 15 días (Itinerario completo)
- Día 1-5 – Kailua-Kona y la Costa de Kohala (Oeste)
- Día 6-10 – Hawi, Kapauu, Waimea y Hilo (Norte y Este)
- Día 11-12 – Parque Nacional de los Volcanes de Hawái (Sureste)
- Día 13-15 – Captain Cook y La Iglesia Pintada (Suroeste)
Día 6-10 – Hawi, Kapauu, Waimea y Hilo (Norte y Este)
Día 6 – Lapakahi State Historical Park y otras bellezas naturales
¡Aloha! ¡Bienvenidos a Big Island, Hawái!
Luego de dejar la bella costa oeste de Big Island, seguimos nuestro recorrido hacia el norte de la isla. El destino en este tramo sería la ciudad de Hilo, en la costa este, pero antes hicimos varias paradas para conocer los sitios históricos y disfrutar los paisajes naturales de esta región.
Lapakahi State Historical Park
Nuestra primera parada fue el Lapakahi State Historical Park, un gran complejo con las ruinas de una aldea antigua de pescadores. El lugar se ubica en el distrito de Kohala, unos 20 kilómetros al norte del pueblo de Kawaihae, por la carretera 270.
El sitio es bastante grande, casi 100 hectáreas, y tiene una vista impresionante ya que se encuentra a la orilla del mar. En este lugar se puede aprender mucho acerca de la cultura tradicional hawaiana porque los restos de esta aldea están parcialmente restaurados.
A lo largo de un circuito de 1.6 kilómetros alrededor de la aldea se pueden ver algunas chozas restauradas, un cementerio, paredes de piedra de lava, herramientas y montículos de coral blanco. El camino serpentea y sigue la costa rocosa rodeada de palmeras.
A mi hija le llamó la atención una roca que servía de tablero para un juego tradicional parecido a las damas chinas, con piezas hechas de piedritas blancas y negras. Fue increíble ver cómo vivían los pescadores hawaianos hace más de 600 años.
Hawi, la punta norte de Big Island
La caminata por la aldea nos abrió el apetito, así que luego nos dirigimos a Hawi, una pequeña, apacible y pintoresca población en la punta norte de la isla que alberga un puñado de boutiques, galerías de arte y restaurantes. Aquí es posible encontrar desde joyería hecha a mano y dulces caseros hasta café Kona 100%.
El restaurante que habíamos elegido, Bamboo Restaurant & Gallery, que una vez fue considerado el mejor de la isla, estaba cerrado por ser lunes.
Fue una lástima porque no pudimos saborear el amplio menú: platillos típicos, pescado fresco, pollo de corral, filetes y costillas, opciones vegetarianas y variados postres. También nos perdimos su famoso “Lilikoi martini” o “Lilitini” y su “passion fruit margarita”.
Tuvimos que conformarnos con unos ricos sandwiches en el local de enfrente, Kohala Coffee Mill, famoso también por sus opciones vegetarianas, diferentes tipos de café, música en vivo los fines de semana, y sus helados con sabores de frutas hawaianas que cambian semanalmente.
Hawi fue durante muchos años el centro de la industria azucarera en el distrito de Kohala del Norte. Varios establecimientos comerciales, como el restaurante Bamboo, están en edificios restaurados que pertenecieron a las plantaciones de azúcar.
El pueblo de Hawi es también conocido por la competencia en bicicleta del triatlón Ironman World Championship (Campeonato Mundial Ironman), que se celebra en Hawái anualmente en el mes de octubre.
Kapaau y la estatua original del rey Kamehameha I
Más adelante de Hawi está el pueblo de Kapaau, lugar donde nació el rey Kamehameha I. Justo al frente del centro cívico se encuentra la estatua original de este monarca que en 1810 unificó las islas de Hawái en un solo reino.
La estatua tiene una historia interesante. Fue forjada en Florencia, Italia en 1880. El barco que la llevaba a Honolulu, en la isla de Oahu, se hundió y la estatua se creyó perdida. Se elaboró una nueva estatua y fue colocada en el centro de Honolulu. Ahí se ha convertido en uno de los sitios más fotografiados en Oahu.
Sin embargo, la estatua original fue encontrada en 1912. Una vez restaurada, fue colocada cerca del lugar donde nació el rey Kamehameha I en Kapaau. Una tercera estatua de Kamehameha se colocó en el centro de Hilo en 1977. Hilo fue la primera sede del gobierno de Kamehameha I.
El 11 de junio de cada año, Día de Kamehameha, cada una de las estatuas se adorna con un collar de flores para celebrar al primer rey de Hawái.
Pololu Valley, Waimea y la primera noche en Hilo
La siguiente parada, continuando literalmente hasta el final de la carretera 270, fue el Pololu Valley (Valle de Pololu). Desde el mirador se puede apreciar una vista increíble de la costa noreste de la isla.
El mar de color azul verdoso choca contra los escarpados acantilados, mientras una profunda alfombra verde de vegetación recubre los lados del valle. Al fondo, la playa de arena negra se encuentra con el océano en la desembocadura del valle.
Pololu es el final de una cadena de siete grandes valles tallados en la costa norte de Kohala que termina con Waipio Valley, el cual no pudimos ver en esta ocasión, pero vale la pena visitar.
Fue interesante dejar atrás los paisajes de lava negra de la costa oeste de Kohala, para dar paso a los verdes pastos de Kohala del Norte, donde se encuentra el pueblo de Waimea, famoso por ser la tierra de los vaqueros, el ganado y los ranchos de la isla.
¿Vaqueros en Hawái? Sí, vaqueros hawaianos, llamados pianolos, y la rica cultura ganadera de Waimea. Se dice que el rey Kamehameha I, quien cultivó amistades y alianzas con el occidente, recibió como regalo cinco cabezas de ganado negro de cuerno largo en 1798. El monarca decidió dejar en libertad a los animales. Luego, en 1803, llegaron los caballos.
En 1816, el yerno del rey, un occidental que había sido su asesor, obtuvo permiso para hacerse cargo del ganado, y en 1832 contrató vaqueros mexicanos con mucha experiencia para que entrenaran a los hawaianos. El negocio de la carne, el sebo y el cuero creció y los ranchos proliferaron durante el siglo siguiente.
No pudimos visitar ningún rancho o vivir de cerca la cultura ganadera del lugar, ya que solo cruzamos Waimea en nuestro trayecto hacia Hilo. Pero sí vimos innumerables vacas negras pastando en los verdes pastizales a orillas de la carretera.
Justo poco antes de las 7:00 de la noche llegamos a la ciudad de Hilo, a poco más de una hora (90 kilómetros) al este de Waimea por la carretera 19. Nos hospedamos en el hotel Kama’aina Inn, en el centro de la ciudad.
Día 7 – Las cascadas multicolores y el jardín botánico de Hilo
Hilo es una ciudad de vegetación exuberante, con hermosos jardines botánicos, granjas de orquídeas, parques, cascadas, hermosas playas y una extensa bahía. Aunque la temperatura es generalmente templada, con frecuencia se enfría por la brisa marina y los vientos alisios del este.
Es difícil elegir entre todo lo que una ciudad, por pequeña que sea, puede ofrecer al visitante. Así que este día nos concentramos solo en un par de bellezas naturales: una cascada, Rainbow Falls, y un jardín botánico, Hawaii Tropical Botanical Garden.
Rainbow Falls – La Cascada Arcoíris
Es una espectacular caída de agua de 24 metros de altura y casi 30 metros de diámetro que forma parte del Wailuku River State Park, situado al oeste y muy cerca del centro de Hilo.
La cascada, que se aprecia mejor desde la plataforma de observación del parque (lugar perfecto para las fotos y selfies), está flanqueada por una frondosa vegetación tropical y sus aguas fluyen sobre una cueva de lava natural y desembocan en el Río Wailuku.
Su nombre en hawaiano es Waiānuenue, que literalmente quiere decir “agua arcoíris”. Se llaman así porque en las mañanas soleadas a menudo se puede ver un arcoíris en la neblina formada por la cascada y la refracción de la luz del sol.
Cuenta la leyenda que la cueva de lava detrás de la cascada es el hogar mitológico de Hina, una antigua diosa hawaiana. Es un hecho que hay que llegar temprano, supuestamente alrededor de las 10:00 de la mañana, porque no pudimos ver el arcoíris. Sin embargo, ¡la cascada es espectacular! (Ver VIDEO Rainbow Falls).
Hawaii Tropical Botanical Garden
Es un jardín botánico que alberga más de 2,500 especies de plantas tropicales de todo el mundo. Cuenta además con un jardín de orquídeas, un aviario de guacamayos y senderos frente a la Bahía de Onomea. Se localiza unos 11 kilómetros al norte de Hilo por la carretera 19.
La historia de este jardín se remonta a 1977, cuando Dan J. Lutkenhouse compró la propiedad y la convirtió en un jardín botánico que abrió sus puertas al público en 1984. En 1995, el jardín fue donado y se convirtió en una organización sin fines de lucro. A menudo, el jardín botánico ha sido considerado como una de las áreas naturales más hermosas de la isla.
Originalmente, Lutkenhouse y su esposa Pauline adquirieron siete hectáreas de terreno en el Valle de Onomea y pasaron seis años limpiando la impenetrable selva tropical para construir los senderos. La tarea se realizó prácticamente a mano, sin tractores u otra maquinaria pesada para no destruir el ambiente natural. Años más tarde, se agregaron otras ocho hectáreas de terreno, convirtiéndose en la belleza natural que hoy podemos apreciar.
Después de ser donado, el jardín se convirtió en una organización científica y educativa cuya misión es servir como una reserva natural para el estudio de las plantas tropicales de todo el mundo.
El jardín es precioso y pasamos horas explorándolo. Sin lugar a dudas, es un paraíso para los amantes de la naturaleza y la fotografía. ¡Me faltó tiempo para tomar más fotos y videos!
Día 8 – Las tortugas gigantes y el Observatorio Mauna Kea
Hilo se encuentra en la costa este de la isla y tiene playas que vale la pena visitar. Además de nadar y bucear con tubo, se puede observar de cerca a los animales que habitan el mar.
Carlsmith Beach Park
No pudimos escoger mejor mañana para visitar esta playa. El día era soleado, pero no muy caliente, el mar estaba tranquilo y ¡tres enormes tortugas se acercaron a la playa!
Mi hija estaba feliz nadando prácticamente al lado de las tortugas, mientras éstas buscaban su alimento. Por mi parte, estaba regocijada contemplando el espectáculo ¡sin dejar de apretar el obturador de la cámara! (Ver VIDEO Giant Turtles).
El lugar es ideal para los niños, ya que las rocas de lava y un arrecife protegen la zona cercana a la costa, donde se forma una especie de alberca.
Cuando el mar está calmado, es un lugar perfecto para bucear con tubo y explorar los alrededores del arrecife. A menudo las tortugas se acercan a las rocas de la playa en busca de alimento y no se sienten perturbadas por los visitantes.
La temperatura del mar en este lugar puede bajar debido a que el agua dulce de las lagunas se filtra hacia arriba en ciertas áreas. Para llegar a la playa Carlsmith, hay que seguir la carretera 19 hacia el sur y cruzar la carretera 11. La playa se encuentra unas tres o cuatro millas adelante.
El Observatorio Mauna Kea
Por la tarde, vimos la puesta del sol y observamos las estrellas en el observatorio astronómico más grande del mundo, que se localiza en el centro-norte de Big Island, unos 65 kilómetros millas al oeste de Hilo ó 95 kilómetros al este de Kailua-Kona, dependiendo de por dónde se llegue.
El observatorio cuenta con 13 telescopios de 11 países del mundo para el estudio de la astronomía óptica, infrarroja y submilimétrica, que se ubican cerca de la cima del Mauna Kea, un volcán dormido de 4,205 metros de altura sobre el nivel del mar.
El Mauna Kea es un sitio ideal de observación astronómica debido a los cielos oscuros, la baja humedad, el aire limpio, el buen clima y la posición por encima de la mayor parte del vapor de agua en la atmósfera.
Es necesario empezar a aclimatarse debido al cambio de clima y de altura, por lo que la primera parada obligada es en el centro de información para visitantes, que se encuentra a una altitud de 2,800 metros.
La puesta del sol puede verse desde lo alto de la colina Pu’u Kalepeamoa, frente al centro de información. A partir de las 6:00 de la tarde y hasta las 10:00 de la noche se pueden observar las estrellas a través de telescopios colocados en el patio del centro. Al oscurecer, los guías dan una amplia explicación al público sobre los astros que es posible observar esa noche.
Nosotras solo vimos Saturno, Marte y la Luna con los telescopios, ya que las filas eran muy largas debido a la cantidad de gente que había esa noche. Con la ayuda de nuestro guía, que apuntaba hacia el cielo con una pluma de rayo láser mientras daba su explicación, pudimos identificar muchos otros astros y constelaciones como la Estrella Norte y la Vía Láctea.
El observatorio no organiza excursiones a la cima del Mauna Kea, pero es posible contratar un tour a través de los hoteles o agencias turísticas. También se puede subir si se cuenta con un vehículo de tracción en las cuatro ruedas y de rango bajo. O hacer la subida a pie, la cual toma unas ocho horas en total, cinco para subir y tres para bajar.
No se recomienda subir a la cima a los menores de 16 años y a las personas con problemas del corazón porque el cambio drástico de altura puede afectar su salud.
Día 9 – Más cascadas y una playa de arena negra en Hilo
La naturaleza puede apreciarse en todo su esplendor en la costa y en la selva tropical de Hilo. Por lo tanto, este día seguimos disfrutando de sus recursos naturales y luego tomamos un descanso en “la playa negra”.
Akaka Falls State Park
Akaka Falls es un parque de selva tropical que ofrece un circuito de casi medio kilómetro para caminar que conduce a una catarata escénica con un salto de agua de 135 metros de alto. (Ver VIDEO Akaka Falls).
El parque tiene una extensión de unas 26 hectáreas y su ruta pavimentada forma un sendero de fácil acceso, con escalones en diferentes puntos, que ofrece impresionantes vistas de la catarata Akaka y de la cascada Kahuna. El camino está lleno de orquídeas silvestres, alamedas de bambú y helechos colgantes.
Mis dos compañeras de viaje iban siempre delante de mí, absortas en la contemplación del lugar. Sin embargo, yo tenía que detenerme continuamente para captar con mis cámaras la belleza de la exuberante selva tropical.
Para ver solamente Akaka Falls hay que tomar el camino de la izquierda (al sur) desde la entrada. La vista a la catarata Akaka, que en hawaiano significa “división, separación o grieta”, está solo a unos cuantos pasos de distancia.
El recorrido no nos tomó más de una hora. Pero el calor, sudor y cansancio nos hizo desear ir directo a la playa.
Richardson Ocean Park
Esta fue la primera playa de arena negra que visitamos en Big Island. Al principio no podía comprender por qué era de ese color. Pero pronto entendí que la actividad volcánica de la isla forma rocas ígneas o basálticas que con la erosión del aire y del agua se convierten en arena negra.
Obvio, ¿verdad? Según una rápida búsqueda en internet, diferentes tipos de rocas producen diferentes tipos de arena. Veamos…
El tipo más común de arena es de gránulos. Se encuentra en las costas no tropicales y áreas continentales. La arena blanca, como la del Caribe, está compuesta de piedra caliza o de restos de crustáceos que le dan ese color.
Las arenas rojizas tienen glauconita o mineral de hierro. La magnetita y la obsidiana volcánica producen arena muy oscura. Las arenas amarillentas del sur de Europa son producto de las concentraciones de cuarzo y hierro.
La arena rosa en la isla de Harbour, en las Bahamas, proviene de los corales de ese color. Y las playas de Namibia, en África, tienen mineral de cuarzo y en algunas zonas la arena contiene fragmentos microscópicos de diamante.
Ese día concluí que el color de la arena es un buen pretexto para ver esas playas de cerca y ¡seguir viajando!
Día 10 – El jardín japonés y la colección de conchas marinas
Nuestro último día en Hilo fue para explorar la belleza natural del parque japonés conocido como Liliuokalani Garden y la enorme colección de conchas marinas y piedras preciosas del Lyman Museum.
El Jardín Liliuokalani
Este jardín japonés de 12 hectáreas debe su nombre a la última monarca de Hawái, la reina Liliuokalani. Fue construido en 1917 en homenaje a los primeros inmigrantes japoneses en Hawái que trabajaban en los campos de caña de azúcar de la isla.
En un abrir y cerrar de ojos te transportas a Japón cruzando céspedes bien cuidados, puentes arqueados sobre estanques poco profundos con peces, jardines de piedras, bosques de bambú, pagodas, linternas de piedra y hasta una casa de té. (Ver VIDEO Liliuokalani Garden).
Por la mañana o por la tarde puedes caminar o correr alrededor del parque o simplemente admirar la vista de la Bahía de Hilo y el volcán Mauna Kea. Si cruzas el puente peatonal estarás en Mokuola (Coconut Island) o Isla del Coco, una pequeña isla animada siempre con el bullicio de las familias, los picnics y las personas nadando.
El Museo Lyman
Este pequeño museo abarca la historia natural y cultural de Hawái. La casa adyacente, construida por el reverendo David Lyman y su esposa, Sarah, en 1839, añade un elemento humano a los hechos históricos.
En la planta baja, las exposiciones geológicas incluyen ejemplos fascinantes de roca de lava, minerales y una extensa variedad conchas. En la planta alta, puedes aprender sobre la historia de los nativos de Hawai, con exposiciones sobre deportes antiguos, la religión y el sistema kapu (tabú).
En realidad, fue una visita relámpago a este museo, pero valió la pena. Fue ahí donde descubrí que me estaba enamorando perdidamente de Hawái. Esa noche llegamos a Volcano Village, que se localiza una hora al sur de Hilo, para pasar ahí dos días. Al día siguiente, nuestra experiencia con los volcanes fue reveladora…