Una ciudad pintoresca: Tequisquiapan + Cabañas Quinta Patricia = una experiencia mágica e inolvidable
En mi reciente visita a Tequisquiapan, en el centro de México, me hospedé en las bellas Cabañas Quinta Patricia, un hotel situado en el corazón de esta ciudad. Administrado por familiares de un comentarista de la radio mexicana de los años 50, el hotel ofrece un ambiente acogedor. Sus jardines amplios y bien cuidados, árboles frutales y vegetación exuberante hacen que tu experiencia sea muy agradable.
Llegué a esta población, ubicada unos 180 km al noroeste de la ciudad de México, en un viaje de vacaciones acompañada de mi hija de 12 años. Este hotel resulta perfecto si lo que se busca es un ambiente sencillo y confortable para disfrutar con tu familia, mascotas y amigos.
Mi hija y una amiguita que se unió poco después de nuestra llegada disfrutaron en grande la alberca climatizada y exploraron a sus anchas los jardines en busca de flores, insectos y frutas.
Las cabañas, con capacidad para 2 a 12 personas según su tamaño, están equipadas con una cocineta con estufa, refrigerador y utensilios de cocina y limpieza. En cada habitación hay dos camas, una matrimonial y otra individual, sobre bases de concreto, y un baño con lavabo, inodoro y regadera separados.
De estilo rústico, colores brillantes y techos abovedados, las cabañas cuentan también con un comedor para sesis personas, sillones acojinados (hechos de concreto), TV, cable y chimenea. El hotel ofrece WiFi, aunque la señal no es siempre constante. Hay también una cancha de tenis, un mini golfito y un salón de juegos con mesas de billar y futbolitos.
Nuestra estancia de cinco días fue placentera, incluso durante un par de días lluviosos, aparentemente poco frecuentes en el mes de julio. Aunque no pudimos salir a pasear, nos entretuvimos leyendo, viendo películas o platicando en el encantador pórtico.
Enclavado prácticamente el el corazón de Tequisquiapan, Quinta Patricia está ubicado a unas cuatro cuadras (600 m) de la plaza principal, lo que permite realizar cortas caminatas hasta las tiendas o mercados, ya que el hotel no ofrece servicio de restaurante.
Los árboles de bugambilias, la arquitectura colonial y las calles adoquinadas hacen de este pueblo un lugar ideal para disfrutar sin prisa. Alrededor de la plaza principal hay tiendas de ropa, plata, muebles y artesanías. También se enuentran galerías, cafés y restaurantes. El mercado de artesanías se especializa en cestería, telas bordadas, madera, piel y ópalo. La parroquia principal, de estilo neoclásico, atrae la atención por su fachada rosada, y las grandes letras que forman la palabra “Tequis” (como se conoce a este pueblo), son un marco perfecto para tomar fotografías.
La palabra Tequisquiapan proviene del náhuatl y quiere decir “lugar de agua y tequesquite”. El tequesquite es el nitrato de potasio, un tipo natural de sal usado en los tiempos prehispánicos. Este pueblo era conocido por sus aguas termales, a las que acudían los visitantes para aliviar dolores musculares y tensiones de la vida diaria.
Las Cabañas Quinta Patricia cuentan con termas que se llenan con aguas termales. Desafortunadamente, los manantiales naturales se han secado un poco y los acuíferos son profundos, por lo que el agua es templada pero no caliente.
Tequisquiapan es uno de los 83 “Pueblos Mágicos” de México. Un programa oficial le dio en 2012 esta categoría, ya que ofrece a sus visitants una “experiencia mágica” debido a su belleza natural, riqueza cultural y relevancia histórica.
Mi hija dijo que viajar a Tequis fue “mucho mejor que ir a un campamento de verano”. Fue también nuestro primer viaje juntas. La experiencia de ambas fue, en efecto, mágica. Sin duda volveremos en el futuro. Y por supuesto, acompañadas de nuestro perro.
Azul Tourquesa fue bienvenido a este hotel para una reseña. Las opiniones son a mi criterio y de ninguna manera influenciadas por la oferta de experimentar la propiedad.
