Nací en la Ciudad de México. Pasé toda mi vida allí hasta que me mudé a los Estados Unidos en 1999, cuando empezó Mi vida en USA: Parte 2. Viajé a lo largo de la costa de California, desde Los Angeles hasta San Francisco, salté a Juneau, Alaska y celebré el Nuevo Milenio en Atlanta, Georgia.
Me encontraba en Austin, Texas cuando se desató la tragedia de 9-11-01. Sufrí las restricciones migratorias que resultaron de la tragedia cuando mi familia no pudo asistir a mi boda, casi un año después, o a mi graduación de la Unversidad de Texas en 2002. Mi madre y mi hermano menor finalmente pudieron venir de visita tres meses después de que nació mi hermosa hija, en septiembre de 2003.
Como extranjera, no tuve más remedio que experimentar ese sentimiento de “dislocación” conocido como shock cultural: cuatro largas y dolorosas fases causadas por la falta de familiaridad con el nuevo país. 1. Emoción (el nuevo país es increíble). 2. Problemas (el nuevo país no es tan maravilloso). 3. Recuperación (el nuevo país es esperanzador). Estabilidad (el nuevo país se siente como en casa).
Al principio, ese sentimiento de dislocación me metió en problemas con el nuevo idioma. Pero después de tres años de práctica, mi inglés se volvió más fluido (o eso creo) a pesar de, o debido a, ese difícil trayecto por las fases del shock cultural.
Los primeros dos años en los Estados Unidos fueron muy pesados. Experimenté miedo, frustración, rabia o decepción la mayoría del tiempo (fase 2). Pero el tercer año fue mucho major. Me sentía más contenta y emocionada incluso haciendo pequeñas cosas como comprar la despensa (fase 3). Sin darme cuenta, durante el tercer año empecé a desarrollar una actitud positiva y casi me sentía nostálgica (!!!) cuando estaba lejos de Austin (fase 4). Ahora, después de más de 15 años de vivir en Austin, me siento una verdadera Austinita.
Buscaba aventura y un diploma universitario cuando vine a los Estados Unidos. Obtuve un diploma en un campo emocionante: el periodismo. Encontré un excelente marido, buenos amigos y trabajos interesantes (uno de ellos en la biblioteca más completa especializada en Latinoamérica). Y también tuve a mi primera hija: la niña más linda del mundo. ¿Qué más podía pedir?
Mi vida en México: Parte 1 se quedó atrás en México, un encantador y fascinante país donde fui feliz de niña y adolescente. Espero poder pasar Mi vida: Parte 4 allí cuando me jubile. Pero antes de eso, tú y yo vamos a viajar por el mundo y transformar nuestras vidas en esta única Parte 3.